Colegio Nuestra Señora de la Almudena de

Madrid

Los niños están felices

Aprovechando que finaliza el curso escolar, quiero hacer mención no sólo al edificio, sino al personal que trabaja día a día con nuestros hijos. Con la experiencia vivida con vosotros desde hace nueve años: Se trata de un edificio antiguo con una gran historia que merece la pena conocer. El patio sin ser demasiado amplio, permite una interacción entre alumnos sin mayor problema, lo que demuestra que no por tener más instalaciones la interacción social mejora. Las aulas son muy amplias y luminosas y crean espacios diferentes donde jugar, crear y aprender, lo que es una gran ventaja en los días de lluvia. En cuanto al claustro (dirección, secretariado, jefes de estudio...) y profesores, son inmejorables, implicados, accesibles, creativos, se superan día a día aprendiendo de cada detalle, se centran tanto en el grupo como en las diferencias individuales...¿qué más se puede pedir? Son pura vocación y no sé cómo agradecer todo este tiempo dedicado. Fue mi primera opción y volvería a serlo, sin duda y de corazón. 100% recomendable. Fan de este equipo de profesionales.

Para quien le pueda servir, ayudar o decidirse: Reconociendo que hace ya ocho años, la Almudena no era nuestra primera opción, no pudimos tener más suerte dando con este Centro Educativo. Me consta que hay familias de alumnos que solicitan matricularse en La Almudena y que ya han pasado años en otros centros cercanos a este. Y puede que sea por esto: En primer lugar, porque es un colegio pequeño, de una sola línea, y la atención es mucho más personalizada y cercana. Dan importancia a la naturaleza y a la música, potencian las destrezas y aptitudes de los alumnos, observando y animando a sacar lo mejor y aprovechar ese talento personal. En segundo lugar, y quizá más relevante, por la calidad humana de su equipo de profesores y directiva y personal del comedor. Su labor va mucho más allá de la curricular. Educan en valores humanos, a veces, sobrehumanos, participan y se involucran con las familias y al final, hacer equipo, es lo más importante para que vayamos por el mismo camino , familias y profesores. A mi hija le queda aún un curso para acabar la primaria y dejar el cole y no podemos estar más agradecidos de la labor tan buena que se está haciendo. Ha crecido en un ambiente amable, (independientemente de que tengan sus conflictos, como todos los críos pero que llegan a buen puerto) generoso y responsable. Y más allá de las calificaciones, que para mí son lo de menos, (y en este caso, además, son buenas), han enseñado a mi hija a tener las herramientas suficientes para poder desenvolverse de la mejor manera, dentro y fuera del colegio. Es un colegio con muy buenas iniciativas en favor de fomentar el respeto, la diversidad, la resolución de conflictos y el crecimiento emocional. Intuyo que mi hija, cuando sea mayor y mire su infancia con perspectiva, recordará el colegio como la otra familia que tuvo. O eso es lo que yo desearía porque la infancia es una etapa crucial. Esta es mi reseña, de manera desinteresada.

Excelente cole por su ambiente familiar, E.Directivo y claustro de profes! Mención especial para la directora, Lola Gabaldón por su profesionalidad, eficacia,formación, amabilidad...que contagia al resto de profesionales..

Conozco de primera mano la labor que realiza el colegio y es verdaderamente admirable: trato cercano, muy familiar, conocimiento real de las fortalezas y debilidades del alumnado, flexibilidad, imaginación para llevar a cabo diferentes actividades en El Retiro... Muy recomendable.

El ambiente es estupendo y al no ser muy grande hay muy buena comunicación con los profesores,que son cercanos a la vez que profesionales.

Estudié infantil y primaria en este centro y solo tengo buenísimos recuerdos de allí. Finalicé mis estudios allí en el curso 1998/1999 si no recuerdo mal, por lo que no creo que quede ningún profesor de mi época pero como olvidar a Don Francisco (profesor de música y tutor), Celia, Cari, Don Juan, Don Rodrigo, Doña María Luisa (la directora), Conchi…. Y muchísimos más. Por no olvidar a Carlos el conserje. Un colegio que se implica con sus alumnos, en el que todos éramos una gran familia.