Colegio Concertado Bilingüe Andel de

Alcorcón

Nuestra metodología se basa en la atención personalizada a cada alumno, para conseguir aprovechar los talentos de todos y cada uno de nuestros alumnos.

Gracias a la figura del preceptor, un tutor personal que acompaña al alumno durante toda su etapa en el colegio, y a una formación exhaustiva del profesorado en este sentido, la personalización de la educación es una realidad en Andel.

Al mismo tiempo, en Andel entendemos la educación como una formación completa en todos los aspectos del ser humano y, por tanto, nuestro objetivo es formar personas integras, completas y con criterio.

La formación académica, humana, cultural, deportiva y espiritual son los pilares sobre los que se construye toda la educación impartida en Andel.

Para asegurar la eficacia formativa, es imprescindible la armonía entre la educación que reciben los alumnos en sus familias y en el colegio. Por lo que Andel promueve una estrecha colaboración con los padres de los alumnos.

Siguiendo esta línea, Andel les facilita la ayuda necesaria para mejorar su propia formación y su tarea educativa, de acuerdo con el carácter propio del colegio, que aceptan libremente cuando solicitan plaza para sus hijos.

En Andel estamos comprometidos con la formación integral de toda la persona, y por ello, damos especial importancia a aquellos valores que nos hacen crecer como personas, tanto a nivel individual como social.

La sinceridad, el esfuerzo, y la responsabilidad personal nos hacen crecer como personas y el respeto por los demás, el compañerismo y la generosidad consiguen hacer mejores a las personas que tenemos a nuestro alrededor.

• Se inspiran en una antropología humanista y cristiana, que lleva a ser personas profundamente felices, conscientes de que la alegría está más en el ser que en el tener.
• Gente auténtica, de una pieza, con amor a la verdad, honestidad, sentido del honor y del valor de la palabra dada, con capacidad de compromiso y que asumen la responsabilidad de las decisiones que toman.
• Vocación de servicio. La grandeza y el éxito se miden por el rasero del servicio; no por lo que se tiene, sino por lo que se da. Las virtudes y el servicio llevan al liderazgo, que es una forma de ser, puede ser vivido por cualquiera y responde a las demandas más auténticas de la naturaleza y a las aspiraciones más nobles del corazón.
• Buena educación y buenos modales. Queremos que los alumnos de Andel destaquen por su trato respetuoso y amable, que no se queda simplemente en fórmulas externas, sino que tiene como fundamento considerar importante a cada persona. Así podrán ser simpáticos, agradecidos, que piden las cosas por favor, perdonan y saben pedir perdón.

• Amor a la libertad. Aprender a escuchar y valorar opiniones diversas a la propia, pudiendo convivir con cualquiera dentro de un sano pluralismo
• Amistad. Alumnos que saber querer y establecer relaciones interpersonales enriquecedoras. Sin miedo a compartir aficiones e intimidad con los amigos, con actitud de apertura a otras personas.
• Empatía, asertividad y autoconocimiento: alumnos capaces de conocer y manejar sus sentimientos, que les ayuden en la práctica del bien. No solo hacen las cosas porque hay que hacerlas sino porque están motivados e ilusionados con lo bueno.
• Trascendencia: trabajo y amor son dos realidades inseparables, que llevará al esfuerzo, espíritu de sacrificio, afán de superación y magnanimidad por transformar el mundo y preocuparse por cada uno de los que tienen alrededor.
• Trabajo bien hecho, con flexibilidad con las personas, tomando decisiones con prudencia, sabiendo trabajar en equipo.
• Capacidad de asombro y curiosidad intelectual. La enseñanza de Andel trata de despertar en las mentes de los alumnos el afán por saber y conocer, diferentes de un mero aprendizaje memorístico o procedimental.