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Público
Laico
Atención a la diversidad
Mixto
Horario ampliado de mañana
Extraescolares
Transporte escolar
Colegio Público de Educación Infantil y Primaria
El Colegio Miguel De Cervantes es un colegio público de educación infantil y primaria ubicado en Calle del Arca Real 8, Valladolid.
Este colegio en Valladolid es de carácter laico y mixto. Se encuentra dentro del rango de precios de gratuito o <100€, además sigue un modelo educativo genérico, siendo su idioma vehicular el Español.
Entre sus servicios, el colegio público Miguel De Cervantes cuenta con horario ampliado de mañana, comedor y actividades extraescolares.
Sistema educativo del Colegio Miguel De Cervantes
Modelo educativo
Método pedagógico genérico
Etapas educativas
-
Infantil 1er ciclo
(0-3 años) -
Infantil 2º ciclo
(3-6 años) -
Primaria
-
ESO
-
Bachillerato
-
FP/Otros
Colegio Público de Educación Infantil y Primaria
-
Infantil 1er ciclo
(0-3 años) -
Infantil 2º ciclo
(3-6 años) -
Primaria
-
ESO
-
Bachillerato
-
FP/Otros
Más información y modalidades
Ed. Infantil 2° ciclo (3-6 años)
Educación Infantil (Segundo Ciclo ) - Diurno (Presencial)
Educación Primaria
Educación Primaria - Diurno (Presencial)
Idiomas
Español (Vehicular)
Inglés (Medio)
Servicios e instalaciones del Colegio Miguel De Cervantes
El Colegio Miguel De Cervantes aún no ha indicado información sobre esta sección.
Servicios
Comedor
Comedor - Catering externo
Otros servicios
Horario ampliado de mañana
Preguntas frecuentes
-
¿Cuál es el precio del Colegio Miguel De Cervantes?
El precio del Colegio Miguel De Cervantes está en el rango de gratuito o <100€ mensuales por alumno.
-
¿Qué opiniones tienen las familias del Colegio Miguel De Cervantes?
Las opiniones de este colegio indican una valoración de 4.5 sobre 5 en base a las 12 valoraciones existentes. Puedes leer todas las opiniones aquí.
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Opiniones del Colegio Miguel De Cervantes
Las siguientes opiniones son una muestra aleatoria de las proporcionadas por Google Places.
Amina Barciela Crespo
Estudié hay durante unos años fue buenísimos el trato de los profesores pero en el trato del bullying que me hicieron a mi no lo solucionaron ??♀️la verdad esque espero que allá cambiado ?por lo demás genial la verdad ?
Jefeestudioscervantesva Colegio Cervantes
Desde el CEIP Miguel de Cervantes te ayudamos a que tus hijos aprendan disfrutando. ¡Buscamos valientes que quieran beneficiarse!
Angel Morejon
Fue el cole de mi infancia y recientemente he vuelto a visitarlo. Me emocionó encontrarlo casi como lo recordaba: con sus suelos de baldosa hidráulica, artesonados en los zaguanes y su preciosa escalera. Recuerdo a profesores como Doña Angelita, Don Jesús Olea, Don Pedro, Don Alipio, Don Lucio... Eran otros tiempos, las décadas del 70 y 80, con una educación, para bien y para mal, más rígida que la actual, pero lo recuerdo con cariño. ¡Formábamos el el patio, por cursos, y subíamos en filas a las clases!. Mi infancia fue feliz y el Miguel de Cervantes tuvo bastante que ver el ello.
Jesús
Pasillos y ventanales amplios, escaleras de madera, baldosas antiguas... La memoria se activa y a pesar del silencio reinante -los niños están en clase- se oye el bullicio de otros escolares, de aquellos pequeños repeinados con pantalón corto y blusita, y esas niñas con guardapolvo y lazo en el pelo con los colores de la bandera nacional, que acudían a la primera escuela pública en el populoso barrio de Las Delicias. El recuerdo de la historia pone en funcionamiento la máquina del tiempo y nos devuelve a enero de 1931, pocos meses antes de que se proclamara la II República. Era el 10 de enero, sábado, cuando se inauguraba oficialmente el grupo escolar Miguel de Cervantes con la asistencia de autoridades como el arzobispo Gandásegui, el alcalde de Valladolid, Federico Santander; el grupo de docentes integrado por 14 profesores, así como los 500 niños y niñas escolarizados, a quienes repartieron bocadillos y pasteles. Era todo un acontecimiento en Delicias, ya que vino a satisfacer la creciente demanda de los padres de entonces que se venían quejando al Ayuntamiento de no contar con una centro de primera enseñanza gratuita. La necesidad era evidente. A mediados de los años veinte el populoso barrio solo contaba con una escuela de párvulos y tenía censados 5.000 habitantes, de los que entre 600 y 800 eran niños. Construido sobre un solar de 56.000 pies cuadrados, fue proyectado por el arquitecto escolar Joaquín Muro Antón. «Mide dicho edificio 168 metros de perímetro por once de altura en el cual están instaladas en la planta baja seis clases capaces para 300 alumnos, dotados también de biblioteca... Son dignos de mención, en primer lugar, las grandes dimensiones de las clases con una altura de cinco metros de piso a techo, y los departamentos dedicados a lavabo, urinarios y WC con aparatos sanitarios de china blanca de la mejor calidad». El edificio, de estilo castellano antiguo y construido por Julián Varona, está actualmente catalogado y protegido. María Jesús Renedo es la actual directora del centro que, en su época de esplendor, contó con más de un millar de alumnos y que ahora tiene 180. No en vano, pese a que el edificio de ladrillo caravista y piedra impresiona al visitante, esto no es impedimento alguno para que tras sus paredes las grandes aulas y los espacios altos y diáfanos de su interior estén equipados con los instrumentos educativos y tecnológicos más modernos y punteros de la capital. De este modo, en el CEIP Miguel de Cervantes se hace realidad la Escuela 2.0, siendo éste el primer centro de la capital en desarrollar la Estrategia RED XXI. Del mismo modo, todas las infraestructuras del centro han sufrido grandes adaptaciones para responder a las exigencias actuales. La biblioteca se ha remodelado recientemente, el comedor se ha convertido en un espacio educativo más, y el patio de Infantil, dotado con numerosos juegos recreativos tradicionales, cuenta con un remozado arenero en el que los pequeños se trasladan, con su imaginación, a la playa. Las remodelaciones no cesan, pues junto a las instalaciones deportivas existentes, se ha proyectado plasmar una representación de los juegos tradicionales para que alumnos de todas las edades compaginen el ocio en su tiempo de recreo. Esto responde al interés de la Dirección del colegio en que la diversión forme parte de la educación. Pero, como se indicaba antes, las paredes hablan. Algo que el visitante percibe cuando recorre los pasillos del centro, en cuyas paredes se pueden observar numerosos murales sobre diferentes temas que cuentan el día a día de la vida e historia del colegio. Todos ellos son trabajos realizados por los diferentes sectores de la comunidad educativa: alumnos, padres, abuelos, profesores, etc. Personas que, día a día, se esfuerzan en la mejora continua colaborando y participando a través de los cauces para ello establecido.
Jesús González
Pasillos y ventanales amplios, escaleras de madera, baldosas antiguas... La memoria se activa y a pesar del silencio reinante -los niños están en clase- se oye el bullicio de otros escolares, de aquellos pequeños repeinados con pantalón corto y blusita, y esas niñas con guardapolvo y lazo en el pelo con los colores de la bandera nacional, que acudían a la primera escuela pública en el populoso barrio de Las Delicias. El recuerdo de la historia pone en funcionamiento la máquina del tiempo y nos devuelve a enero de 1931, pocos meses antes de que se proclamara la II República. Era el 10 de enero, sábado, cuando se inauguraba oficialmente el grupo escolar Miguel de Cervantes con la asistencia de autoridades como el arzobispo Gandásegui, el alcalde de Valladolid, Federico Santander; el grupo de docentes integrado por 14 profesores, así como los 500 niños y niñas escolarizados, a quienes repartieron bocadillos y pasteles. Era todo un acontecimiento en Delicias, ya que vino a satisfacer la creciente demanda de los padres de entonces que se venían quejando al Ayuntamiento de no contar con una centro de primera enseñanza gratuita. La necesidad era evidente. A mediados de los años veinte el populoso barrio solo contaba con una escuela de párvulos y tenía censados 5.000 habitantes, de los que entre 600 y 800 eran niños. Construido sobre un solar de 56.000 pies cuadrados, fue proyectado por el arquitecto escolar Joaquín Muro Antón. «Mide dicho edificio 168 metros de perímetro por once de altura en el cual están instaladas en la planta baja seis clases capaces para 300 alumnos, dotados también de biblioteca... Son dignos de mención, en primer lugar, las grandes dimensiones de las clases con una altura de cinco metros de piso a techo, y los departamentos dedicados a lavabo, urinarios y WC con aparatos sanitarios de china blanca de la mejor calidad». El edificio, de estilo castellano antiguo y construido por Julián Varona, está actualmente catalogado y protegido. María Jesús Renedo es la actual directora del centro que, en su época de esplendor, contó con más de un millar de alumnos y que ahora tiene 180. No en vano, pese a que el edificio de ladrillo caravista y piedra impresiona al visitante, esto no es impedimento alguno para que tras sus paredes las grandes aulas y los espacios altos y diáfanos de su interior estén equipados con los instrumentos educativos y tecnológicos más modernos y punteros de la capital. De este modo, en el CEIP Miguel de Cervantes se hace realidad la Escuela 2.0, siendo éste el primer centro de la capital en desarrollar la Estrategia RED XXI. Del mismo modo, todas las infraestructuras del centro han sufrido grandes adaptaciones para responder a las exigencias actuales. La biblioteca se ha remodelado recientemente, el comedor se ha convertido en un espacio educativo más, y el patio de Infantil, dotado con numerosos juegos recreativos tradicionales, cuenta con un remozado arenero en el que los pequeños se trasladan, con su imaginación, a la playa. Las remodelaciones no cesan, pues junto a las instalaciones deportivas existentes, se ha proyectado plasmar una representación de los juegos tradicionales para que alumnos de todas las edades compaginen el ocio en su tiempo de recreo. Esto responde al interés de la Dirección del colegio en que la diversión forme parte de la educación. Pero, como se indicaba antes, las paredes hablan. Algo que el visitante percibe cuando recorre los pasillos del centro, en cuyas paredes se pueden observar numerosos murales sobre diferentes temas que cuentan el día a día de la vida e historia del colegio. Todos ellos son trabajos realizados por los diferentes sectores de la comunidad educativa: alumnos, padres, abuelos, profesores, etc. Personas que, día a día, se esfuerzan en la mejora continua colaborando y participando a través de los cauces para ello establecido.
Roberto Martin Rodriguez
Que bueno
Opiniones del Colegio Miguel De Cervantes
Las siguientes opiniones son una muestra aleatoria de las proporcionadas por Google Places.
Angel Morejon
Fue el cole de mi infancia y recientemente he vuelto a visitarlo. Me emocionó encontrarlo casi como lo recordaba: con sus suelos de baldosa hidráulica, artesonados en los zaguanes y su preciosa escalera. Recuerdo a profesores como Doña Angelita, Don Jesús Olea, Don Pedro, Don Alipio, Don Lucio... Eran otros tiempos, las décadas del 70 y 80, con una educación, para bien y para mal, más rígida que la actual, pero lo recuerdo con cariño. ¡Formábamos el el patio, por cursos, y subíamos en filas a las clases!. Mi infancia fue feliz y el Miguel de Cervantes tuvo bastante que ver el ello.
Jesús
Pasillos y ventanales amplios, escaleras de madera, baldosas antiguas... La memoria se activa y a pesar del silencio reinante -los niños están en clase- se oye el bullicio de otros escolares, de aquellos pequeños repeinados con pantalón corto y blusita, y esas niñas con guardapolvo y lazo en el pelo con los colores de la bandera nacional, que acudían a la primera escuela pública en el populoso barrio de Las Delicias. El recuerdo de la historia pone en funcionamiento la máquina del tiempo y nos devuelve a enero de 1931, pocos meses antes de que se proclamara la II República. Era el 10 de enero, sábado, cuando se inauguraba oficialmente el grupo escolar Miguel de Cervantes con la asistencia de autoridades como el arzobispo Gandásegui, el alcalde de Valladolid, Federico Santander; el grupo de docentes integrado por 14 profesores, así como los 500 niños y niñas escolarizados, a quienes repartieron bocadillos y pasteles. Era todo un acontecimiento en Delicias, ya que vino a satisfacer la creciente demanda de los padres de entonces que se venían quejando al Ayuntamiento de no contar con una centro de primera enseñanza gratuita. La necesidad era evidente. A mediados de los años veinte el populoso barrio solo contaba con una escuela de párvulos y tenía censados 5.000 habitantes, de los que entre 600 y 800 eran niños. Construido sobre un solar de 56.000 pies cuadrados, fue proyectado por el arquitecto escolar Joaquín Muro Antón. «Mide dicho edificio 168 metros de perímetro por once de altura en el cual están instaladas en la planta baja seis clases capaces para 300 alumnos, dotados también de biblioteca... Son dignos de mención, en primer lugar, las grandes dimensiones de las clases con una altura de cinco metros de piso a techo, y los departamentos dedicados a lavabo, urinarios y WC con aparatos sanitarios de china blanca de la mejor calidad». El edificio, de estilo castellano antiguo y construido por Julián Varona, está actualmente catalogado y protegido. María Jesús Renedo es la actual directora del centro que, en su época de esplendor, contó con más de un millar de alumnos y que ahora tiene 180. No en vano, pese a que el edificio de ladrillo caravista y piedra impresiona al visitante, esto no es impedimento alguno para que tras sus paredes las grandes aulas y los espacios altos y diáfanos de su interior estén equipados con los instrumentos educativos y tecnológicos más modernos y punteros de la capital. De este modo, en el CEIP Miguel de Cervantes se hace realidad la Escuela 2.0, siendo éste el primer centro de la capital en desarrollar la Estrategia RED XXI. Del mismo modo, todas las infraestructuras del centro han sufrido grandes adaptaciones para responder a las exigencias actuales. La biblioteca se ha remodelado recientemente, el comedor se ha convertido en un espacio educativo más, y el patio de Infantil, dotado con numerosos juegos recreativos tradicionales, cuenta con un remozado arenero en el que los pequeños se trasladan, con su imaginación, a la playa. Las remodelaciones no cesan, pues junto a las instalaciones deportivas existentes, se ha proyectado plasmar una representación de los juegos tradicionales para que alumnos de todas las edades compaginen el ocio en su tiempo de recreo. Esto responde al interés de la Dirección del colegio en que la diversión forme parte de la educación. Pero, como se indicaba antes, las paredes hablan. Algo que el visitante percibe cuando recorre los pasillos del centro, en cuyas paredes se pueden observar numerosos murales sobre diferentes temas que cuentan el día a día de la vida e historia del colegio. Todos ellos son trabajos realizados por los diferentes sectores de la comunidad educativa: alumnos, padres, abuelos, profesores, etc. Personas que, día a día, se esfuerzan en la mejora continua colaborando y participando a través de los cauces para ello establecido.
Jesús
Pasillos y ventanales amplios, escaleras de madera, baldosas antiguas... La memoria se activa y a pesar del silencio reinante -los niños están en clase- se oye el bullicio de otros escolares, de aquellos pequeños repeinados con pantalón corto y blusita, y esas niñas con guardapolvo y lazo en el pelo con los colores de la bandera nacional, que acudían a la primera escuela pública en el populoso barrio de Las Delicias. El recuerdo de la historia pone en funcionamiento la máquina del tiempo y nos devuelve a enero de 1931, pocos meses antes de que se proclamara la II República. Era el 10 de enero, sábado, cuando se inauguraba oficialmente el grupo escolar Miguel de Cervantes con la asistencia de autoridades como el arzobispo Gandásegui, el alcalde de Valladolid, Federico Santander; el grupo de docentes integrado por 14 profesores, así como los 500 niños y niñas escolarizados, a quienes repartieron bocadillos y pasteles. Era todo un acontecimiento en Delicias, ya que vino a satisfacer la creciente demanda de los padres de entonces que se venían quejando al Ayuntamiento de no contar con una centro de primera enseñanza gratuita. La necesidad era evidente. A mediados de los años veinte el populoso barrio solo contaba con una escuela de párvulos y tenía censados 5.000 habitantes, de los que entre 600 y 800 eran niños. Construido sobre un solar de 56.000 pies cuadrados, fue proyectado por el arquitecto escolar Joaquín Muro Antón. «Mide dicho edificio 168 metros de perímetro por once de altura en el cual están instaladas en la planta baja seis clases capaces para 300 alumnos, dotados también de biblioteca... Son dignos de mención, en primer lugar, las grandes dimensiones de las clases con una altura de cinco metros de piso a techo, y los departamentos dedicados a lavabo, urinarios y WC con aparatos sanitarios de china blanca de la mejor calidad». El edificio, de estilo castellano antiguo y construido por Julián Varona, está actualmente catalogado y protegido. María Jesús Renedo es la actual directora del centro que, en su época de esplendor, contó con más de un millar de alumnos y que ahora tiene 180. No en vano, pese a que el edificio de ladrillo caravista y piedra impresiona al visitante, esto no es impedimento alguno para que tras sus paredes las grandes aulas y los espacios altos y diáfanos de su interior estén equipados con los instrumentos educativos y tecnológicos más modernos y punteros de la capital. De este modo, en el CEIP Miguel de Cervantes se hace realidad la Escuela 2.0, siendo éste el primer centro de la capital en desarrollar la Estrategia RED XXI. Del mismo modo, todas las infraestructuras del centro han sufrido grandes adaptaciones para responder a las exigencias actuales. La biblioteca se ha remodelado recientemente, el comedor se ha convertido en un espacio educativo más, y el patio de Infantil, dotado con numerosos juegos recreativos tradicionales, cuenta con un remozado arenero en el que los pequeños se trasladan, con su imaginación, a la playa. Las remodelaciones no cesan, pues junto a las instalaciones deportivas existentes, se ha proyectado plasmar una representación de los juegos tradicionales para que alumnos de todas las edades compaginen el ocio en su tiempo de recreo. Esto responde al interés de la Dirección del colegio en que la diversión forme parte de la educación. Pero, como se indicaba antes, las paredes hablan. Algo que el visitante percibe cuando recorre los pasillos del centro, en cuyas paredes se pueden observar numerosos murales sobre diferentes temas que cuentan el día a día de la vida e historia del colegio. Todos ellos son trabajos realizados por los diferentes sectores de la comunidad educativa: alumnos, padres, abuelos, profesores, etc. Personas que, día a día, se esfuerzan en la mejora continua colaborando y participando a través de los cauces para ello establecido.
Roberto
Que bueno